1.
EN
BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO
Es
la obra principal de Marcel Proust,
de cuyas pocas otras obras daremos
cumplida rese馻 en otro apartado.
La raz髇 principal es que, a causa
de la cortedad de su existencia,
este autor no alcanz?ver publicada
la totalidad de sus escritos, siendo
su hermano, el doctor Robert Proust
y sus editores, tanto los actuales
en el momento de su deceso como los
iniciales, los responsables de que
circularan dos versiones de esta
vasta obra.
Andan
circulando, en efecto, por ah?
sobre todo en formato electr髇ico,
obras suyas que no guardan el orden
cronol骻ico que estableci?el
autor y que pueden causar cierto
despiste a los lectores. Arreglar
este desajuste es lo que nos ha
motivado a escribir estas l韓eas,
am閚 de informar al lector,
previamente a la lectura de sus
obras, de todo lo que rodeaba a
Marcel Proust.
Como
primer paso y gu韆 para los
lectores, vamos a establecer el
orden cronol骻ico exacto de la
mencionada obra En Busca del
Tiempo Perdido:
Primer
volumen: Por el camino de Swann. Segundo
volumen: A la Sombra de las
Muchachas en Flor. Tercer
volumen: El Mundo de Guermantes.
Cuarto volumen: Sodoma y Gomorra.
Quinto volumen: La Prisionera.
Sexto volumen: Albertina
desaparecida. S閜timo volumen: La
Fugitiva. Octavo volumen: El
Tiempo recobrado. Este 鷏timo t韙ulo
es el tomo con el que se cierra la
serie. No estamos totalmente de
acuerdo con las traducciones de los
t韙ulos de los vol鷐enes I y III,
pero hay lo que hay y nos tenemos
que atener a la traducci髇 hecha
por los editores en espa駉l, por m醩
que no sea exactamente la m醩
adecuada.
Las
disparidades a que hemos hecho
referencia al inicio, son las
siguientes:
Circula
como primer volumen uno titulado Un
amor de Swann, cuando no es m醩
que una parte del primero, Por el
Camino de Swann. De hecho, en la
versi髇 digitalizada que ofrece
Librodot, figura en la p醙ina 158.
Por otra parte, se cierra en falso
el V volumen, La Fugitiva, faltando
55 p醙inas que se publican como VI
con el t韙ulo Albertina
Desaparecida, nombre bajo el
cual se edit?primitivamente y que,
con posterioridad y sin saber las
causas, se desgaj?del principal y
cambi?de nombre en una de las
versiones al espa駉l, por los
motivos que fueran, en la cual, m醩
que cerrarse en falso el V
volumen, se mutil?el
principio del VI. No obstante,
dejamos al buen criterio del lector
establecer las premisas y
conclusiones pertinentes, siempre
que respete el orden que aqu? establecemos.
Al
objeto de corroborar lo que
antecede, reproducimos la
advertencia a una de las ediciones
en espa駉l y que llegaron a las
siguientes conclusiones:
獿a
presente edici髇 reproduce el texto
del ejemplar mecanografiado de Albertine
disparue, parcialmente corregido
por Marcel Proust. El texto
mecanografiado se ha cotejado con
los cuadernos manuscritos 揺n
limpio? a partir de los cuales
hab韆
sido fijado (fundamentalmente
el cuaderno XII y algunas p醙inas
del XV). La secretaria de Marcel
Proust, Yvonne Albaret, reproduce
las indicaciones a veces confusas
del escritor, cuando, en el cuaderno
manuscrito, 閟te vacila sobre la
ordenaci髇 de determinados pasajes.
Comoquiera que el ejemplar
mecanografiado no fue ordenado por
閘, hemos tratado de ce駃rnos al m醲imo
a sus instrucciones. A veces, los
resultados difieren bastante de los
obtenidos por A. Ferr?para La
Biblioth鑡ue de la Pl轱ade (cf.
pp. 73-77 y 458-461). Como
nuestros predecesores, nos hemos
visto obligados a decidir incorporar
a馻didos marginales, a restablecer
o suplir construcciones, a modificar
determinados casos de puntuaci髇.
Cuando la lectura err髇ea se
produce en un pasaje que Proust, al
ponerlo 揺n limpio? hab韆
vuelto a copiar o dictado
textualmente de un cuaderno de
apuntes, a veces hemos logrado
localizar la primera versi髇 y
sustituir el texto err髇eo.
El
Fondo Proust de la Biblioth鑡ue
Nationale de France nos fue
generosamente abierto por Madame
Florence Callu, conservadora en la
secci髇 de manuscritos, y se nos
brindaron toda clase de facilidades
para nuestro trabajo en el Institut
des Textes et Manuscrits Modernes,
dirigido por Bernard Brun. Reciban
ambos nuestro m醩 sincero
agradecimiento.?/span>
Todo
este galimat韆s no causa m醩 que
la confusi髇 en el lector, lo que
nos ha llevado a las siguientes
conclusiones: Los editores franceses
son los principales culpables de la
trasgresi髇 de la obra
proustiana, modificando su
concepci髇 original. Incluso hay
editores de otros pa韘es que
mantienen fielmente dicha concepci髇
cronol骻ica, como, por ejemplo,
Italia. En las versiones espa駉las
se mantiene el guirigay, teniendo el
lector que hacer verdaderos
equilibrios mentales para seguir el
hilo de la trama urdida por el
genial Proust. No obstante, y como
fruto de las investigaciones a fondo
que hemos realizado, exponemos el
siguiente documento hallado en el
transcurso de las mismas:
獶urante
el verano y oto駉 de 1922, Proust
llev?a cabo modificaciones finales
en el manuscrito de Albertine
disparue. Excepto para los
contados contempor醤eos, como su
hermano Robert, Jacques Rivi鑢e y
Jean Paulhan, este hecho hab韆
quedado ignorado. Gracias a un
providencial concurso de
circunstancias, fue posible
redescubrirlo en 1986. Claude
Mauriac, casado con una sobrina de
Proust, descubri?un texto
mecanografiado, todo lleno de
tachaduras y adicciones, as?como
las p醙inas manuscritas por 閘.
Todo esto cambiaba radicalmente su
obra. Su nieta, Nathalie Mauriac, se
ocup?de la edici髇 del
manuscrito. Los proustianos
constatar醤 con emoci髇 que el
propio Proust deseaba que la 鷏tima
versi髇 de Albertina
desaparecida fuera m醩 breve, m醩
densa de lo que era la que se dispon韆
hasta la fecha. Mediante ciertos
retoques, a馻didos y supresiones,
variaba el sentido del libro, inyect醤dole
esos 撫tomos de verdad?que
acrecentaban el rigor de su
composici髇 y le proporcionaban su
perfil definitivo. Si en 1925 no le
fue posible al profesor Robert
Proust editar la 搗erdadera
Albertine disparue? ahora ya
es posible leer la 鷏tima versi髇
de la obra maestra.?/span>
Gracias
a lo que antecede, podemos confirmar
nuestras aseveraciones iniciales, de
las que el mundillo de los editores
no se entera, no quiere enterarse y
va a lo suyo (a vender), a pesar de
que, con ello, comentan una aut閚tica
tropel韆, un delito de lesa
infidelidad al esp韗itu proustiano,
toda vez que estos datos fueron
hechos p鷅licos, pero ellos lo
ignoraron.
Prosiguiendo
nuestras investigaciones, hemos
podido constatar que, dependiendo
del editor que se trate, adjudican
unos a Albertine como una
tercera parte de Sodome et
Gomorrhe o indican en sus
portadas Albertine disparue ou La
Fugitive.
Queda
claro, por tanto, que el orden de
vol鷐enes que indicamos al inicio
es el planificado por Proust y
modificado por Claude y Nathalie
Mauriac, y lleva una ilaci髇 l骻ica
y verdadera de su obra. En ediciones
de otros pa韘es, se siguen
manteniendo las premisas iniciales,
sin haber introducido modificaci髇
alguna.
Nos
complace, por todo ello, poder
presentar a los amantes de la
literatura proustiana esa relaci髇
que les permitir?degustar su obra
tal como la concibi?el maestro.
Respecto a la Nota publicada
al inicio de la 搗erdadera?Albertine
desaparecida, tenemos la impresi髇
de que lo que han hecho es recoger
parte de la informaci髇 facilitada
en su d韆 por Nathalie Mauriac, que
desgraciadamente nos ha sido
imposible localizar. No obstante, no
podemos negar su contribuci髇 a la
claridad de la localizaci髇 exacta
de la obra, sea cual fuere la forma
como la obtuvieron.
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Marcel
Proust (1871-1922)
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2.
SOMERA BIOGRAF虯
Marcel
Proust naci?en Auteuil, Par韘,
fruto del matrimonio entre Adrien
Proust y Jeanne Weil el 10 de julio
de 1871, en casa de su t韔-abuelo
materno Louis Weil, sita en el 96 de
la calle de la Fontaine. Casi dos a駉s
m醩 tarde, el 24 de mayo de 1873,
nace su hermano Robert. Entre abril
y mayo de 1881, padeci?en los
Campos El韘eos, en Par韘, su
primera crisis de asma, enfermedad
que le marc?toda su vida, y que
culmin?haci閚dose cr髇ica al
pasar de la treintena, oblig醤dole
a estar casi todo el tiempo recluido
en una habitaci髇 revestida de
corcho en la cual desarroll?su
obra maestra. Con posterioridad, y
gracias a los avances de la ciencia,
ha podido constatarse que no era
asma lo que padec韆, sino la famosa
EPOC, siglas del s韓drome conocido
como 慹nfermedad pulmonar
obstructiva cr髇ica? que tanto
da駉 est?causando entre nuestros
contempor醤eos, sobre todo a los
fumadores.
En
octubre del a駉 siguiente se
matricula en el Liceo Condorcet, en
el que contin鷄 hasta 1889, durante
el cual, en el mes de julio, obtiene
el Bachillerato en letras. Ese mismo
a駉, el 15 de noviembre, se
incorpora como voluntario al 76
Regimiento de Infanter韆 de Orleans.
En Noviembre de 1890 se inscribe en
la Escuela de Ciencias Pol韙icas y
en la Facultad de Derecho. Es
asiduo, costumbre de la 閜oca, de
los salones de Mme. Straus y Mme.
Armand de Caillavet.
Obtiene
el t韙ulo de Diplomado en Derecho
el 5 noviembre de 1892. Inicia sus
colaboraciones en las revistas Banquet
y Revue Blanche. En marzo
de 1893 se encuentra con el conde
Robert de Montesquiou, quien le
introduce en la alta sociedad
parisina. Los meses de agosto y
septiembre de ese a駉 los pasa en
Saint-Moritz y Trouville, imaginamos
que a causa de su enfermedad.
Dos
a駉s m醩 tarde, en marzo de 1895,
obtiene la Licenciatura en Letras.
En Septiembre de 1895, marcha a Beg-Meil
con Reynaldo Hahn y da comienzo a su
primera obra, Jean Santeuil,
que no se public?hasta 1952. En
junio del 1896 logra publicar Plaisirs
et les jours con el editor
Calmann-L関y. En septiembre de 1899
pasa un tiempo en el Balneario de
Evian. No vuelve a desplazarse hasta
mayo del a駉 siguiente, ya en 1900,
en el que est?un tiempo en
Venecia. No se le registra otro
viaje hasta 1902, cuando se traslada
a Holanda, en donde residir?desde
el d韆 2 al 20 del mes de octubre.
El
26 de noviembre del a駉 siguiente
fallece su padre Adrien. Durante ese
a駉 y hasta 1905, publica en Le
Figaro unas cr髇icas sobre los
salones de moda de esa 閜oca en la
capital francesa. En febrero de 1904
publica La Biblia de Amiens, del
autor John Ruskin, al que dedic? parte de su tiempo, en Mercure de
France. El 26 de septiembre de
1905 fallece su madre. En diciembre,
a causa de un agravamiento de su
enfermedad, tiene que ir a la cl韓ica
del Dr. Sollier, en Boulogne-Billancourt.
En mayo de 1906 se le publica S閟ame
et les lys en la ya mencionada Mercure
de France.
Huyendo
del agobio capitalino, y en busca de
un ambiente m醩 benigno para su
enfermedad, se establece en
Versailles, donde permanecer?de
agosto a diciembre. En este mes, el
d韆 27, establece su domicilio en
el 102 del Boulevard Haussmann. Al a駉
siguiente se marcha al Gran Hotel,
de Cabourg, y realiza excursiones en
autom髒il por Normand韆 con Alfred
Agostinelli y Odilon Albaret.
En
1908 refleja en Le Figaro unos
comentarios sobre el asunto Lemoine.
En oto駉 inicia su obra Contre
Sainte-Beuve, que, a partir del
a駉 siguiente, se va transformando
poco a poco en una novela, que, en
agosto, Mercure de France rechaza
public醨sela. Ya no se le conoce
nada destacable hasta los meses de
agosto y septiembre, que,
curiosamente, parecen fijos en sus
vacaciones, en los que vuelve al
Gran Hotel, en Cabourg. Curiosamente
tambi閚, hasta entonces toda su
obra hab韆 sido manuscrita, de la
forma que relataremos en otro
apartado. Durante esta estancia, la
secretaria del hotel, Cecilia
Hayward, le mecanograf韆 el primer
cap韙ulo de la obra que estaba
desarrollando a la saz髇.
Durante
todo este tiempo ha ido dando forma
a su obra maestra, aunque, en
diciembre de 1912, la Editorial
Fasquelle y la Nouvelle Revue
Fran鏰ise rechazan la publicaci髇
de la misma. En la primavera de
1913, Alfred Agostinelli es
contratado por el maestro como
secretario. En noviembre se publica
el primer volumen de su gran obra, Du
c魌?de chez Swann, aparece en
los registros de autores del editor
Bernard Grasset. En diciembre,
Agostinelli huye hacia la Costa
Azul. En mayo del a駉 siguiente
muere 閟te en accidente de aviaci髇,
con gran pesar para Proust, pues
eran amigos desde 1907. El mes de
agosto se paraliza cualquier
actividad editorial por causa de la
I Guerra Mundial y la movilizaci髇
general.
En
1915 establece la redacci髇
definitiva de las 鷏timas partes de
su gran obra. En marzo de 1916 rompe
el contrato con Grasset y se
aproxima a la NRF, aproximaci髇
que se refleja en la publicaci髇
por 閟ta del segundo volumen, A
l抩mbre des jeunes filles en
fleurs. Pocos meses despu閟
publica Pastiches et M閘anges y
el prefacio de Propos de peintre,
de Jacques-Emile Blanche. El 10
de diciembre de 1919 recibe el
prestigioso premio Goncourt por el
segundo volumen de su obra arriba
mencionado y es nombrado Caballero
de la Legi髇 de Honor el 25 de
septiembre de 1920.
Al
mes siguiente se le publica la
primera parte del tercer volumen, C魌? de Guermantes. En marzo redacta
el prefacio de una obra de Paul
Morand y, seguidamente, se publican
el volumen II de Guermantes y
el primero de Sodoma y Gomorra. Casi
un a駉 despu閟 aparece el II de 閟ta
鷏tima, postrer escrito que vio su
autor publicado, pues fallece el 18
de noviembre de 1922 en su domicilio
parisino de la calle Hamelin, n鷐ero
44.
En
noviembre de 1923 se publica La
prisionera; dos a駉s despu閟 Albertina
desaparecida. Con el 鷏timo
volumen, El tiempo recobrado, culminar? la publicaci髇 de gran obra. Corr韆
el mes de septiembre de 1927. En
apartados siguientes se
tratar醤 otros aspectos de la vida
de este autor no esenciales en esta
sinopsis biogr醘ica b醩ica.
3.
EL PROYECTO PROUSTIANO
Habiendo
renunciado en 1908 a seguir
traduciendo las obras del escritor
ingl閟 John Ruskin, decide escribir
un ensayo dirigido contra Sainte-Beuve
denunciando los m閠odos de cr韙ica
literaria opuestos a los suyos.
Durante el oto駉 de ese mismo a駉,
comienza a preparar su estudio, que
decidi?finalmente incluirlo en un
recital matutino. Ya en la primavera
del a駉 siguiente, el proyecto
inicial queda convertido en una
novela sobre la memoria
involuntaria, movimiento filos骹ico-literario
que tom?cuerpo en el siglo XIX
propiciado por Henri Bergson y
Charles Baudelaire y del que Proust
fue su m醲ima expresi髇, as?como
la del Modernismo. Las causas de
esta conversi髇 en novela fueron
las paulatinas incorporaciones de su
primera novela Jean Santeuil, la
cual hab韆 abandonado en 1899.
En
agosto, Proust estima tenerlo lo
suficientemente avanzado como para
proponele su edici髇 al director de
ediciones del Mercure de France,
pese a su t韙ulo provisional, Contre
Sainte-Beuve. Recuerdo de una
matinal es una verdadera novela.
Las sucesivas negativas de Vallette
y, posteriormente, del director de Le
Figaro, Gaston Calmette, no le
desanimaron, sino, m醩 bien, todo
lo contrario, impulsaron al escritor
a darle una nueva dimensi髇 a la
obra que hab韆 emprendido.
A
partir de 1910, Proust retoma los
fragmentos de escritos contenidos en
los diez cuadernos escolares que
compon韆n Contre Sainte-Beuve,
modific醤dolos y desarroll醤dolos.
En oto駉 de 1912 termina una novela
titulada Les Intermitences du
Coeur, dividida en dos partes: El
Tiempo Perdido y El Tiempo
Recobrado. Por desgracia,
Fasquelle y la NRF no aceptan
public醨sela. Las fuentes
consultadas dicen 損or
desgracia? pero nosotros, desde
el punto de vista literario, dir韆mos
que 損or suerte para la
posterioridad? Se ve obligado a
establecer una cuenta de autor con
el editor Bernard Grasset para
publicarla y, en noviembre de 1913,
aparece ?la recherche du temps
perdu. Du c魌?de chez Swann. Su
continuaci髇, ya compuesta en
imprenta para pruebas, deber韆
haber salido a las librer韆s en
1914, pero la movilizaci髇 general
motivada por la guerra interrumpi? toda actividad editorial.
Por
este motivo, aprovechar?los cuatro
a駉s de guerra para rehacer en
profundidad la estructura de su obra
y aumentarla considerablemente.
Prueba de ello es que cuenta con
acabar siete novelas, en lugar de
las dos previstas inicialmente. El
escritor se reconcili?con Andr? Gide y la NRF, que le report? como consecuencia la publicaci髇 en
esa casa del resto de su obra.
Ejemplo de ello son: en 1918 aparece
?l抩mbre des jeunes filles en
fleur, que obtiene el Goncourt.
Le siguen Le c魌?de Guermantes
I en 1920, el II y
Sodome et Gomorrhe I en 1921 y
el II de esta 鷏tima en 1922.
La
muerte le sorprende en 1922 ,
mientras correg韆 la versi髇
mecanografiada de La prisionera. A
partir de entonces, son su hermano
Robert y Jacques Rivi鑢e quienes se
aseguraron de la publicaci髇 de
este volumen en 1923, y, con
posterioridad, en 1925, Albertina
desaparecida, y, finalmente, en
1927, El tiempo recobrado.
4.
PROUST Y LA BNF
Por
fortuna, el escritor hab韆
conservado la totalidad de sus
manuscritos. Cuando acaeci?su
muerte, su hermano Robert hered? este preciado dep髎ito, asegurando
la publicaci髇 de los tres 鷏timos
vol鷐enes de En busca del tiempo
perdido. Tras el fallecimiento
de 閟te, su 鷑ica hija, Suzy Mante
Proust, le tom?el relevo en esa
labor, facilitando las tareas de los
investigadores, con el objetivo de
asegurar la conservaci髇 de los
documentos originales y darle una
mayor difusi髇. Gracias a esto, en
1962 se crearon los Fondos Proust en
la Biblioteca Nacional de Francia.
Estos
fondos estaban compuestos en su
mayor parte por los manuscritos de
su t韔, sus papeles escolares y sus
obras de juventud (Les plaisirs
et les jours, Jean Santeuil), sus
art韈ulos cr韙icos y las
traducciones de las obras de Ruskin,
as?como la obra completa En
busca del tiempo perdido. En
1984, dos nuevas adquisiciones
permitieron completar este
prestigioso Fondo.
Una
vez abiertos los Fondos a los
investigadores, los documentos
proustianos no han dejado de ser
objeto de estudios en profundidad al
objeto de fechar e identificar las
innumerables notas, a馻didos y
versiones definitivas, a partir de
las cuales se establecieron las
pruebas mecanogr醘icas y las
pruebas de ediciones anteriores de
diferentes partes de la obra.
Para
plasmar su obra, Proust utiliz?un
鷑ico soporte, el cuaderno escolar.
Por todo ello, se han podido
estructurar los archivos de la
siguiente manera: 4 cuadernillos de
notas preparatorias de 1908 a 1918;
75 cuadernos de borradores de cada
parte de la novela, en los
diferentes estadios de su evoluci髇;
20 cuadernos conteniendo el pasado a
limpio de las 4 鷏timas obras,
enriquecidos con las famosas 損aperoles?
bandas de papel pegado, precursoras
de las modernas y oficinescas hojas
adhesivas de distintos nombres; 18
vol鷐enes mecanografiados y
corregidos parcialmente, y 14 vol鷐enes
de planchas y de pruebas de imprenta
que inclu韆n numerosas variantes y
a馻didos autogr醘icos.
Estos
documentos son testigos
irreemplazables de la g閚esis de En
busca del tiempo perdido, y son
excepcionales gracias a la riqueza
de su contenido y a la calidad de la
informaci髇 que se encierra en
ellos a cerca del proceso creador de
uno de los m醩 grandes escritores
del siglo XX.
5.
LA MEMORIA INVOLUNTARIA
Ya
hemos explicado en un apartado
anterior, la g閚esis de la
搈emoria involuntaria? sus
creadores y desarrollo en el
Modernismo. La idea esencial de la
memoria involuntaria es que est? causada por las experiencias
vividas. Toda aquello que queda en
la memoria y no ha sido causado por
dichas experiencias vividas es
llamado 搈emoria pura? Proust
incorpor?esto al conjunto de su
obra, toda vez que inici?la
aplicaci髇 de esta teor韆 en su
escrito Contra Sainte-Beuve, al
que achacaba su criticismo a la
memoria involuntaria. El tema hace
aparici髇 en el cuadro del 玠espertar
del narrador? al salir del
profundo sue駉 nocturno, las
sensaciones f韘icas que experimenta
le hacen rememorar los lugares donde
durmi?otras veces. A partir de
este momento, se va desarrollando y
dar?lugar al nacimiento de la
novela de la que surgir?la futura En
busca del tiempo perdido.
El
autor, continuar?efectivamente,
haciendo uso de esto y en la segunda
el famoso episodio de la magdalena
mojada en el t?por el narrador,
rememora asimismo Combray y sus
alrededores y, a trav閟 de este
motivo, toda su infancia.
En
el 鷏timo libro de la serie, los
recuerdos ligados a la memoria
involuntaria juegan un papel
determinante en la vocaci髇 del
narrador. De vuelta a Par韘 tras la
guerra, revivir?su pasado gracias
a una serie de reminiscencias de
este tipo, lejos de las veladas
matinales en casa de la Princesa de
Guermantes. La siguiente experiencia
la tiene en Venecia, y nuestras
fuentes consultadas las relatan muy
detalladamente, as?como otras
sucesivas, pero nosotros lo
consideramos exhaustivo y m醩 鷗il
para el lector el irlas descubriendo
paulatinamente a medida que se
producen.
6.
LUGARES ESPECIALES
En
la vida y obra del autor hay tres
lugares especiales, en los que pas? parte de su vida y narr?en sus
obras: Combray, Balbec y Par韘. Los
dos primeros quedan ampliamente
reflejados en las mismas, y hablando
de ellas, no har韆mos sino quitar
encanto a la trama, evitando que el
lector los descubra. S?hablaremos
de Par韘, pero, simplemente, para
especificar los distintos lugares de
residencia de Proust. El resto ya
est?suficientemente descrito en
las obras, por lo que nos
abstenemos, por las mismas razones
expuestas anteriormente.
Par韘
fue, en efecto, la residencia
habitual durante toda su vida, y, m醩
particularmente, en el distrito
VIII, en el coraz髇 de la explanada
Monceau. Efectivamente, en vida de
sus padres, dividi?su residencia
entre el n鷐ero 9 del Boulevard
Malesherbes y el 45 de la calle
Courcelles. Una vez desaparecidos,
pas?al n鷐ero 102 del Boulevard
Haussmann, en donde concibi?y
desarroll?su obra principal en la
famosa habitaci髇 forrada de
corcho. En 1919 se mud?al distrito
XVI, algunos meses en el n鷐ero
8-bis de la calle Laurent Pichay y,
poco despu閟, al que iba a ser su
鷏timo domicilio, en la calle
Hamelin, n鷐ero 44, donde Marcel
Proust fallecer韆 la fecha ya
mencionada.
7.
OTROS ASPECTOS
En
la vida del autor hay otros aspectos
de sobra conocidos en los que no
entramos, no por pudor ni
desacuerdo, sino simple, pura y
llanamente porque este escrito est? dirigido a los aspectos de su vida
literaria y las repercusiones que
tuvo en el mundo, adem醩 de arrojar
un poco de luz sobre un entuerto
editorial. La vida privada es 梐s? lo estimamos nosotros?coto
privado de cada uno, y no somos qui閚
para entrar en el mismo y juzgar el
decurso de toda una vida.
Vitoria-Gasteiz,
noviembre del 2003.
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BIBLIOGRAF虯
Son
tant韘imas las fuentes
consultadas, todas ellas
por Internet, que har韆
falta casi otro ensayo
para relacionar las
mismas. No obstante, nos
cabe destacar como las m醩
importantes 獿a
Biblioteca Nacional de
Francia?y su p醙ina
digital Gallica.com,
de las que hemos extra韉o
buena parte de los datos
arriba consignados.
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