orr韆
el a駉 1933
cuando en la
vida de un joven
poeta llamado
Rafael Alberti
se cruza un
artista ya
consagrado que
responde al
nombre de
Picasso. Su
primer encuentro
se produjo en el
teatro Atelier
de Par韘 en
dicho a駉. Eran
andaluces,
exiliados,
republicanos,
comunistas y
artistas. Pero
es entre los a駉s
60 y 70 cuando
su relaci髇 se
intensifica ya
que compart韆n
algo m醩 que la
procedencia y la
ideolog韆: el
gusto por el
arte y la poes韆
y organizaban
juntos las
tertulias de
Mougins, tambi閚
se consultaban
sobre sus
trabajos, se
dedicaban
obras...
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Picasso
y
Alberti
en uno
de sus
encuentros
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Las
tertulias entre
los artistas
derivaban en
ocasiones en
puntos de partida
de nuevas
creaciones. As? surgieron los
aguafuertes de la
serie Alrededor
de Rafael,
realizados por
Picasso entre
agosto y
septiembre de
1968, y acompa馻dos
por los poemas Sobre
los amores
secretos de Rafael
y la Fornarina,
de Alberti.
En
otra ocasi髇, el
poeta gaditano
le pidi?al
precursor del
cubismo un
retrato. Picasso
se hizo de querer,
y, al final, traz? cuatro dibujos de
car醕ter casi
caricaturesco y
una dedicatoria a
Alberti. Parece
ser que a 閟te no
le gustaron
demasiado.
A
trav閟 de
fotograf韆s,
libros, poemas y
cuadros ese
sentimiento de
amistad llev?a
sus protagonistas
a confiar y
compartir
opiniones sobre
sus respectivos
trabajos. 玒o
pinto la pintura
como admiraci髇,
pero t?tienes m醩
suerte que yo,
porque t?pintas
la poes韆?/i>,
sol韆 recordarle
el genio malague駉
al autor de Marinero
en tierra
cuando 閟te
admiraba el
trabajo de su
amigo.
Esta
afici髇 por la
conversaci髇 se
fue reforzando con
el paso del
tiempo. De esa 閜oca
se recuerda
incluso un 玬alentendido?/i>
entre ambos
amigos, cuyo
desencadenante
fueron unos textos
publicados por el
propio Alberti a
principio de los a駉s
70. En uno de
ellos, el poeta se
quejaba del trato
que le dispensaba
Picasso y de que
ya no le recib韆
con el mismo
entusiasmo de
antes. El acceso
al artista era
cada vez m醩
complicado lo que
contribuy?a
alimentar a鷑 m醩
el mito de que el
artista malague駉
era un ser d閟pota
y distante.
El
tiempo y un libro
escrito por el m閐ico
que trat?a
Picasso se han
encargado de
desvelar que la
raz髇 que el
artista ten韆
para no ver a su
amigo era otra
bien distinta de
lo que se cre韆:
por aquel
entonces, Picasso
ya ten韆 90 a駉s
y tuvo que
someterse a una
complicada operaci髇
de c醤cer de est髆ago
y duodeno, por lo
que su
disponibilidad
para recibir
personalmente a
sus amigos y
familiares qued? extraordinariamente
reducida.

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Retrato
de
Alberti
por
Picasso
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Picasso
residi?los 鷏timos
a駉s de su vida
en su granja de
Mougins 揘otre
Dame de Vie?
que hab韆
comprado al
contraer
matrimonio en
marzo de 1961 con
la que ser韆 la
鷏tima mujer en
la vida de Picasso,
Jacqueline Roque
Hutin, su compa馿ra
durante un tiempo.
Ser韆 en esta
residencia
francesa donde le
acaeci?la muerte
el 8 de abril de
1973, siendo
enterrado en su
castillo de
Vauvenargues dos d韆s
m醩 tarde. Notre
Dame de Vie se
convirti? pues,
en el retiro del
artista malague駉
durante los 鷏timos
a駉s de su vida,
donde comparti?
con sus amigos m醩
韓timos, charlas,
secretos e
impresiones sobre
lo que ocurr韆 en
nuestro pa韘.
Pablo
Picasso fue,
durante toda su
vida, un asiduo de
las tertulias y en
todas ellas puede
documentarse la
relaci髇
preponderante que
manten韆 con los
poetas, artistas
del lenguaje que
ven韆n a
establecer un
complemento o
contrapeso a su
omn韛ora
rotundidad pl醩tica.
Picasso amaba la
poes韆 y los
poetas, a quienes
vampirizaba, en un
sentido
intelectual, de
forma paralela a
como vampirizaba a
las mujeres, en un
sentido er髏ico,
vital y, desde
luego, pl醩tico.
De
Alberti es
conocido el gran
amor por la
pintura, ?i style="mso-bidi-font-style: normal">fingida
realidad del sue駉?
sobre la que
escribir韆 uno de
los m醩 hermosos
libros de la poes韆
espa駉la del
siglo veinte,
dedicado
precisamente a
Picasso. Y en 閘,
en Picasso, en sus
ojos y en sus
manos, encontraba
Alberti su m醲ima
exaltaci髇.
En
esos 鷏timos a駉s
del pintor malague駉,
que la cr韙ica
del momento no
supo valorar en su
audaz relevancia y
apertura, Alberti
fue a la vez c髆plice
y contrapunto.
Escribi?para sus
dos 鷏timas
exposiciones en
Avi耋n, elabor? a petici髇 de
Picasso el
poema/pr髄ogo a
esa maravilla y 鷏tima
declaraci髇 de
amor a la tradici髇
pict髍ica espa駉la
que es El
entierro del Conde
de Orgaz, y
compuso, a modo de
homenaje, los
cinco sonetos
sobre Los
amores secretos de
Rafael y la
Fornarina. A
la vez, el
homenaje de
Alberti a Picasso
se extiende a los
grabados en plomo,
una dimensi髇 de
gran valor pl醩tico,
que ampl韆 el
universo creativo
del poeta
gaditano, de quien
no se suelen
destacar
suficientemente
sus grandes dotes
de dibujante, su
emoci髇 en el uso
del color, o la
gran calidad en
definitiva de su
poes韆 visual.
Las carpetas Los
ojos de Picasso
(1966) y Per
Picasso (1971)
permiten apreciar
la talla del
Alberti dibujante
y grabador.
Leamos
como colof髇 a
esta peque馻
mirada a una
pasada amistad,
una poes韆 que el
poeta gaditano
dedic?a la
pintura del genial
malague駉:

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Soneto
a la
Pintura
(Rafael
Alberti)
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