a novela de Leonardo Cervera Navas (M醠aga,
1970), publicada por la Editorial Arguval
coincidiendo con el 70 aniversario de la
toma de M醠aga por un ej閞cito
hispano-italiano, narra las aventuras de un
brigadista internacional estadounidense que
se desplaza a M醠aga para trabajar como
asistente del general Kleber, h閞oe de la
defensa de Madrid, y ser?testigo de una
gran derrota de las armas republicanas
mientras un esp韆 se infiltra en la ciudad
para rescatar de los rojos la Mano
Incorrupta de Santa Teresa de Jes鷖, que
unos milicianos hab韆n robado de un convento
carmelita de Ronda al comienzo de la guerra.
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En 1937, M醠aga fue sometida a
un intenso bombardeo por la
avi髇 nacional. |
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La novela, que engancha desde la primera
p醙ina, es una aproximaci髇 objetiva y
generacionalmente distante a aquellas
tr醙icas jornadas. Con una fuerte fidelidad
hist髍ica, resultante de meses de
investigaci髇 e innumerables visitas a
bibliotecas y archivos civiles y militares,
el lector no sabe a menudo si lo que est?
leyendo ocurri?en realidad y tiene la
impresi髇 de que si lo que relata el autor
no ocurri?en realidad, algo similar pudo
muy bien haber ocurrido en aquellos d韆s.
El libro es ajeno a cualquier
planteamiento ideol骻ico y bebe por igual de
todas las fuentes sobre la guerra civil en
M醠aga, y
se centra en las 鷏timas semanas
(ag髇icas) de la M醠aga republicana que
comenzaron el d韆 22 de diciembre de 1936
(primer d韆 de la novela) con el desembarco
de la punta de lanza de un ej閞cito
expedicionario italiano en el puerto de
C醖iz: 3.000 camisas negras italianas
trasportados desde la Italia fascista en el
trasatl醤tico Lombard韆, y que finalizaron
con la huida cobarde de las autoridades
republicanas provocando el p醤ico de la
poblaci髇 civil, que huy?en desbandada por
la carretera de M醠aga-Almer韆 mezclada con
los restos del ej閞cito republicano. Durante
cinco jornadas interminables, el ej閞cito
hispano-italiano atac?y persigui?a los
aterrorizados malague駉s provocando una
cifra de muertes que los historiadores m醩
optimistas cifran en centenares y los m醩
pesimistas en miles.
He aqu?un adelanto argumental de otro
escrito m韔 m醩 extenso y literariamente m醩
completo sobre este triste episodio de
nuestra historia m醩 reciente.
La batalla de M醠aga
La batalla de M醠aga constituye un episodio
de armas de la guerra civil espa駉la muy
poco conocido. Eclipsada por otros
acontecimientos b閘icos ocurridos por las
mismas fechas, como las batallas en torno a
Madrid o en el Norte peninsular (la batalla
del Jarama o el bombardeo de Guernica), su
desenlace en Febrero de 1937 constituye uno
de los episodios m醩 dram醫icos y
desgarradores de la guerra civil espa駉la.
Cuando las tropas italianas se encontraban a
la vista de la ciudad el d韆 7 de febrero,
gran parte de la poblaci髇 se lanz?a una
huida desesperada por la carretera de M醠aga
a Almer韆, y, durante cinco jornadas
interminables, decenas de miles de
refugiados (hombres, mujeres, ancianos,
ni駉s…) protagonizaron una enorme cat醩trofe
humanitaria. Mezclados con los restos del
ej閞cito republicano que se retiraba en
completo desorden, los refugiados trataban
de alcanzar la ciudad de Almer韆 a pie,
perseguidos de cerca por las tropas
italianas y con la amenaza constante de los
barcos y los aviones nacionales, que
bombardearon la carretera de la costa sin
cesar.
M醠aga “la roja”
Para comprender este tr醙ico desenlace, as?
como las razones de este 閤odo masivo y sin
precedentes, es preciso volver la vista
atr醩. Cuando se produjo el advenimiento de
la Segunda Rep鷅lica en Espa馻 en abril de
1931, la ciudad de M醠aga trataba a鷑 de
recuperarse de una profunda decadencia
econ髆ica que se inici?a finales del siglo
XIX. A pocos metros de las zonas palaciegas
de La Caleta y El Limonar, donde resid韆 una
peque馻 閘ite de familias malague馻s
enriquecidas (algunas de origen extranjero),
se agolpaban grandes masas de poblaci髇
empobrecida, con 韓dices de analfabetismo
superiores al 70%, que malviv韆n en
condiciones sanitarias lamentables, sin agua
corriente ni ventilaci髇.
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La
poblaci髇 civil, aterrorizada
por las amenazas que Queipo de Llano hab韆 estado
profiriendo durante meses, opt?por
abandonar masivamente la ciudad por la 鷑ica
v韆 que a鷑 permanec韆 abierta: la carretera
de M醠aga a Almer韆, la carretera de la
muerte. |
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Estas enormes diferencias sociales eran el
caldo de cultivo perfecto para una creciente
inestabilidad social que se puso claramente
de manifiesto con la masiva quema de
iglesias y conventos en mayo de 1931 y que
acab?por explotar definitivamente el 18 de
julio de 1936, cuando las organizaciones
obreras y sindicales se echaron a la calle
para defender a la Rep鷅lica. La sublevaci髇
militar fracas?en la ciudad, pero las
autoridades republicanas fueron incapaces de
recuperar los resortes del poder, que cay?
en manos de una nueva administraci髇
revolucionaria (los ‘comit閟’), que se
superpuso a la administraci髇 del Estado,
que en lo sucesivo contar韆 con poderes casi
nominales.
Gran parte de las empresas malague馻s fueron
“socializadas” o “colectivizadas” y grupos
m醩 o menos descontrolados de milicianos
sembraron el terror entre las clases
acomodadas de la ciudad, mientras, fuera de
M醠aga, los militares sublevados hac韆n
acopio de armas y munici髇. Los nuevos
dirigentes pol韙icos y sindicales de la
ciudad viv韆n un sue駉 revolucionario
abocado al fracaso, debido a las profundas
divisiones internas entre las distintas
facciones pol韙icas del Frente Popular
(anarquistas, comunistas, socialistas y
republicanos de diversas siglas).
Las amenazas del general Queipo de Llano
El general Queipo de Llano, que recib韆
informes de lo que estaba sucediendo en
M醠aga por medio de sus esp韆s y de boca de
las personas que lograban huir a la zona
autoproclamada “nacional”, utiliz?
h醔ilmente la radio como instrumento de
guerra y amenaz?a los malague駉s
prometiendo ejecuciones masivas: “Ya
conocer醤 mi sistema: Por cada uno de orden
que caiga, yo matar?a diez extremistas por
lo menos, y a los dirigentes que huyan, no
crean que se librar醤 con ello: les sacar?
de debajo de la tierra si hace falta y, si
est醤 muertos, los volver?a fusilar”.
Las bravatas del general eran confirmadas
por los miles de refugiados provenientes de
los pueblos tomados por los nacionales que
aflu韆n a la ciudad y que relataban
historias terribles de la represi髇 que
segu韆 a la conquista. Los espantosos
rumores sobre la brutalidad de las tropas
coloniales tambi閚 contribuyeron a que el
p醤ico se fuera apoderando poco a poco de la
poblaci髇.
La intervenci髇 extranjera
Durante los primeros meses de guerra,
existi?un relativo equilibrio de fuerzas
entre ambos bandos. Las fuerzas nacionales,
con oficiales m醩 preparados y un ej閞cito
m醩 disciplinado, fueron estrechando
progresivamente el cerco con la toma de
plazas importantes como Ronda y Antequera,
pero la capital no lleg?a estar nunca
seriamente amenazada. A finales de 1936, sin
embargo, la ayuda masiva de las potencias
fascistas al nuevo estado nacionalista
desequilibr?el equilibrio de fuerzas y la
situaci髇 se agrav?para los malague駉s.
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En su huida, el
coronel Villalba olvid?entre
sus pertenencias (?) la Mano
incorrupta de Santa Teresa de
Jes鷖.
(Foto: Archivo fotogr醘ico
Temboury, M醠aga, Biblioteca
C醤ovas del Castillo) |
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La capital fue sometida a duros bombardeos
a閞eos que minaron la voluntad combativa de
las desorganizadas milicias malague馻s. El
gobierno de Valencia hac韆 o韉os sordos a
las desesperadas peticiones de ayuda de las
autoridades malague馻s, y mientras un
ej閞cito italiano ultramoderno, provisto de
blindados, artiller韆 motorizada, etc閠era,
desembarcaba en C醖iz y se preparaba para
actuar, el general Queipo de Llano estrech?
a鷑 m醩 el cerco sobre la capital con la
toma de Estepona y Marbella en la costa
occidental (14-17 de enero) y Alhama (20 de
enero), en la costa oriental.
Finalmente, tras un peque駉 receso
ocasionado por el mal tiempo, el d韆 5 de
febrero de 1937, un ej閞cito
hispano-italiano, que igualaba en n鷐ero a
los defensores pero que era muy superior en
preparaci髇 y armamento, rompi?todos los
frentes de la provincia y se plant?a las
puertas de la capital en menos de 72 horas.
El ej閞cito republicano se retir?en
completo desorden hacia la capital y, cuando
el coronel Villalba y el comisario de guerra
Cayetano Bol韛ar abandonaron cobardemente la
ciudad en la tarde del d韆 7 de febrero,
desobedeciendo las 髍denes recibidas de
defender la ciudad a toda costa, la
poblaci髇 civil, aterrorizada por las
amenazas que Queipo de Llano hab韆 estado
profiriendo durante meses, opt?por
abandonar masivamente la ciudad por la 鷑ica
v韆 que a鷑 permanec韆 abierta: la carretera
de M醠aga a Almer韆, la carretera de la
muerte.
El “milagroso hallazgo” de la Mano
Incorrupta de Santa Teresa de Jes鷖
En su huida de la ciudad, al menos seg鷑 la
versi髇 oficial, el coronel Villalba olvid?
entre sus pertenencias (?) la Mano
incorrupta de Santa Teresa de Jes鷖, que
hab韆 sido robada por unos milicianos en un
convento carmelita de Ronda meses atr醩.
Las circunstancias de la recuperaci髇 de la
Reliquia (calificadas como “casi milagrosas”
por la casa de Franco) nunca han sido
convenientemente aclaradas. Si tenemos en
cuenta la obsesi髇 que sent韆 el dictador
por este objeto de culto, hasta el punto de
situarlo en un mueble oratorio a los pies de
su cama en el Palacio de El Pardo, as?como
las numerosas lagunas y contradicciones de
la versi髇 oficial, existen razones para
sospechar que la recuperaci髇 de la Reliquia
no se produjo por un supuesto “hallazgo
providencial”, sino m醩 bien como resultado
de una operaci髇 de rescate en la zona roja,
trama detectivesca de la novela.
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Portada de la novela "La primera
en el peligro de la libertad",
del escritor malague駉 Leonardo
Cervera Navas, y publicada por
la Editorial Arguval, M醠aga. |
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El general Franco deb韆 pensar que la
Reliquia de Santa Teresa ten韆 alguna clase
de poderes sobrenaturales que le proteg韆n
y, por ello, nunca se separ?de la misma en
sus casi cuarenta a駉s de ‘reinado sin
corona’, incorporando la Mano de Santa
Teresa a su s閝uito oficial incluso durante
sus desplazamientos oficiales dentro de
Espa馻. Lo curioso del caso es que algunos
acontecimientos hist髍icos poco conocidos
parecen justificar este fervoroso af醤, pues
el dictador sobrevivi?a varios intentos de
asesinato y a circunstancias pol韙icas muy
adversas, siempre cerca de su preciado
amuleto.
Ya en las postrimer韆s del r間imen, parece
que de poco le sirvi?la portentosa
eficiencia de la sacra Reliquia cuando, a
finales de 1975, el sedicente General韘imo
cae gravemente enfermo y, llevado quiz?de
su confianza en la benefactora protecci髇 de
la impoluta Mano de la Santa de 羦ila,
insiste en convertir su habitaci髇 del
Palacio de El Pardo en una unidad de cuidado
intensivo, que no hizo m醩 que prolongar
pavorosamente una natural agon韆 hasta su
fallecimiento en el Hospital Universitario
La Paz, adonde finalmente fue trasladado.
El blog retrospectivo de “La Primera
en el Peligro de la Libertad”
El autor ha creado un blog
retrospectivo en el que se publican a
diario informaciones hist髍icas similares
a las que pod韆n leerse en los peri骴icos
malague駉s por aquellas fechas. Los lectores
de La Primera en el Peligro de la
Libertad y los aficionados a la historia
local o la Guerra Civil espa駉la pueden leer
en este blog retrospectivo datos que,
por razones de espacio, no fueron incluidos
en la novela, expresar libremente su opini髇
sobre esta parte de nuestra historia o
seguir disfrutando del apasionante fondo
hist髍ico del libro mucho despu閟 de haber
terminado su lectura. Su direcci髇
electr髇ica es 閟ta:
www.laprimeraenelpeligrodelalibertad.com
y
en 閘 pueden leerse an閏dotas de la 閜oca
como, por ejemplo, que el d韆 25 de
diciembre de 1936 no fue fiesta en M醠aga
porque era viernes y la CNT y la UGT
decretaron que “no hab韆 m醩 fiesta que los
domingos”, o d髇de se pod韆n adquirir las
entradas para un pr髕imo mitin del Partido
Comunista.